sábado, 29 de febrero de 2020

MOONFLEET DE JOHN MEADE FALKNER



     “Moonfleet”, de John Meade Falkner es un clásico de la novela de aventuras. Ya os comenté el otro día que era mi intención salirme de vez en cuando de mi género preferido, la novela histórica, para explorar otras opciones, y estoy disfrutando.
        Esta misma mañana acabé este precioso libro. Creo que ningún adolescente debería dejar de leer novelas como ésta, o como “El prisionero de Zenda”, de Anthony Hope porque, como bien dice Arturo Pérez-Reverte, Moonfleet no es sólo una novela de aventuras, es una lección de vida.
        La narración gira en torno a la relación que se desarrolla entre John Trenchard, un adolescente que vive con su tía en el pueblo costero de Moonfleet, y Elzevir Block, propietario, en un principio, de la taberna “¿Por qué no?”, que vive solo tras la muerte de su hijo.
Se trata de una historia de contrabandistas pero, sobre todo, es un alegato sobre la amistad, la lealtad y el cariño porque, a lo largo de la narración, la relación de nuestros protagonistas irá creciendo hasta transformarse en la de un padre y su hijo.
        El relato nos cuenta como, en una acción de contrabando, el magistrado Maskew disparó al hijo de Elzevir ocasionándole la muerte. Maskew como representante de la autoridad en la zona es una de las personas más odiadas por los lugareños que, directa o indirectamente, se benefician de esas actividades ilegales.
        Por otro lado, John Trenchard, en su rebelde adolescencia, descubrirá una de las guaridas donde los contrabandistas ocultan sus alijos, lo que finalmente provocará que se convierta en uno de ellos y, además, hallará una pista sobre uno de los míticos tesoros del pueblo, el diamante de John Mohune, Barbanegra, un tesoro al que se califica de maldito. Mientras, la vida del muchacho se abre a un amor adolescente encarnado en la hija de Maskew, Grace.
        La novela avanza trepidantemente desde que, en una redada, Maskew muere. Elzevir, y John, herido, se ven obligados a huir. Ocultos en una gruta marina, Elzevir cuida de John hasta que se reestablece. Entre otras cosas, John aprovechará su convalecencia para convencer a Elzevir para que, juntos, busquen el diamante de Mohune, no sin antes despedirse de Grace, quien promete esperarle.
Finalmente hallan el tesoro de Mohune en el pozo de un Castillo, tras lo cual deben huir de nuevo. Deciden poner tierra y mar de por medio y viajan a Holanda. Una vez llegan a la Haya intentan vender el diamante, y lo pierden a manos del usurero tasador al que acuden. Al intentar recuperarlo serán encarcelados y condenados a cadena perpetua.
Tras diez años de trabajos forzados serán enviados a un barco con destino a las colonias del pacífico. Una gran tormenta frente a las costas de la Mancha provocará un desenlace inesperado y muy bonito. El párrafo final de la novela me parece sublime, está exquisitamente escrito. Espero que lo disfrutéis si os animáis.

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