Buenos días. Hace ya bastante
tiempo que apareció en mi mente Sandalio Suceso, el SS, de hecho, fue el
primero de una serie de personajes curiosos y entrañables que imagine. Algunos
obtuvieron su reconocimiento como Ceferino, al abuelo Cefe, el anciano con
demencia senil que vive una fantasía con la sobrina que le cuida del relato “Ilusión
y recuerdo” que quedó finalista en Azuaga(Badajoz) 2019 y segundo clasificado
en Villa del Prado(Madrid) el mismo año, o Lucía, aquella madre que vive junto
a su hijo Manuel esperando enfermizamente que su marido, que la abandonó estando
embarazada, regrese, de mi relato “Entre la bruma del tiempo” segundo
clasificado en Azuaga (Badajoz) 2020.
Hace unos días,
cuando me llego la propuesta de la Asociación la Plazuela de los Carros de
Torralbilla(Zaragoza) pidiéndome permiso para publicarlo, decidí que el periplo
de mi Sandalio Suceso, debía terminar aquí. Sandalio debía dejar de transitar
por los concursos de España a los que lo enviaba con su muñón fruto del
estallido de una mina cerca de Leningrado, con su aspecto desaliñado y
desgarbado, cargado con su hatillo, su odre de arroba de tinto y su bacía de barbero,
y dejar de hacer las delicias de los niños a la puerta de la iglesia
contándoles lo dura que era la vida del frente, donde una triste “meada” le
podía a uno costar el mismísimo zurriago.
Quizá
Sandalio Suceso merezca algo más que dormir en un blog sin apenas lectores,
pero creo que ya debe descansar; al menos ha conseguido llegar a verse impreso
en papel formando parte de una antología, como mi otro relato “El niño de
Murillo” que llegó a quedar clasificado entre los 15 finalistas del concurso
Ciudad de Sevilla 2018. Por eso les di permiso para publicarlo y procedo a
dejarlo abajo enlazado, pasando a formar parte de mis modestos reconocimientos también
en el lateral del blog (en la versión web se ve el lateral, no en la vista del móvil.
Para ver el lateral en el móvil debéis bajar hasta el final de la primera
página del blog y pulsar en “versión web”).
En
fin, es bonito verlo en papel, os lo aseguro. Espero que pronto pueda ver mi
novela. Vivo en una eterna y angustiosa espera, en un silencio editorial
ensordecedor y descorazonador; queda tan lejos aquel octubre de 2016 cuando
firmara mi ilusionante contrato de publicación que… Casi prefiero no pensar en
ello.
Y
nada más porque me pongo muy nostálgico recordando lo que he escrito hasta
ahora y nadie conoce, la decena de personajes entrañables que tengo creados y
que quizá nunca lleguen a tener ni el
modesto protagonismo que tiene hoy Sandalio Suceso, aquel hombre que vivía como
un ermitaño en una choza, en un claro del bosque rodeado de silencio,
disfrutando de un mundo de colores en el que procuraba que no predominaran ni
el blanco ni el rojo que tanto le recordaban al frente ruso, tonalidades que
impregnaban aquellos recuerdos que la vida había dejado grabados de forma
indeleble entre las curtidas arrugas de su alma.
sábado, 7 de agosto de 2021
SANDALIO SUCESO, EL SS.
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