domingo, 29 de agosto de 2021
LA MANO DE HIERRO DE MARTE DE LINDSEY DAVIS.
domingo, 22 de agosto de 2021
LA VENUS DE COBRE DE LINDSEY DAVIS.
Tras la vuelta de su largo periplo por Italia en la segunda entrega, “La estatua de bronce” (reseñada hace algunas semanas también en mi blog), Falco sufre la inquina de Anácrites, jefe de los servicios de espionaje de Vespasiano, que consigue encarcelarlo en la terrible prisión de Latumia por un delito fiscal (en la anterior novela Falco utiliza unos lingotes de plomo propiedad del estado para hacerse pasar por vendedor de tuberías y así progresar en sus investigaciones sobre el asesinato de un sacerdote). Son muy curiosas tanto la convivencia que tiene con una enorme rata dentro de la celda, como las reflexiones del protagonista.
Excarcelado gracias al tesón de su madre, Marco verá vetada su principal fuente de ingresos, el Emperador, dado que Anácrites le ha puesto en busca y captura. Sin fuente de ingresos estable se ve obligado a volver a aceptar un caso particular. En esta ocasión serán dos libertas las que pretenden sus servicios; Sabina Polia y Hortensia Atilia quieren que investigue a la prometida de uno de los libertos con los que conviven, Hortensio Novo.
Falco indagará en el pasado de la prometida de Novo, Severina Zótica, una “novia profesional”; sus anteriores maridos han muerto todos en extrañas circunstancias y ella ha mejorado su situación económica tras cada uno de los óbitos. El caso se complica con la muerte “prematura” (antes de casarse con Severina Zótica) de Hortensio Novo, envenenado durante una cena de negocios en su casa con sus socios libertos Hortensio Félix y Hortensio Crépito, y el magnate inmobiliario Apio Priscilo, y la de su cocinero galo Virindovix al día siguiente.
Falco tendrá que descubrir el papel que juegan los protagonistas en el asesinato; los socios de Novo, los libertos y Priscilo contrariados por los planes inmobiliarios de Novo, las dos libertas que le han contratado, y Severina Zótica, quien esta vez no ha logrado casarse con su nueva posible víctima.
De nuevo asistimos a una narración entretenida donde, en este caso, la autora nos introduce en el mundo romano de esclavos y libertos, y en el de la especulación inmobiliaria. El relato no deja de tener su tono humorístico destacando el momento en el que el emperador hace llegar a Marco un gran rodaballo como agradecimiento por sus servicios, organizándose después una fiesta caótica en torno a la elaboración del enorme pescado en la nueva casa de alquiler de Falco con la presencia de su variopinta y entretenida familia y de Helena Justina, su novia, a la que acaba asistiendo, sorpresivamente, el propia emperador, Tito Vespasiano, y su tono dramático, cuando el edificio donde viven Falco y su amada se derrumba provocando la muerte de varios inquilinos y la angustia de los protagonistas hasta que descubren que ambos se han salvado.
Pero no quiero desvelaros más detalles. Os invito a leer esta nueva y entretenida entrega de las aventuras de Marco Didio Falco y de su hermosa e inteligente prometida Helena Justina. No creo que os defraude. Saludos.
sábado, 7 de agosto de 2021
SANDALIO SUCESO, EL SS.
Buenos días. Hace ya bastante
tiempo que apareció en mi mente Sandalio Suceso, el SS, de hecho, fue el
primero de una serie de personajes curiosos y entrañables que imagine. Algunos
obtuvieron su reconocimiento como Ceferino, al abuelo Cefe, el anciano con
demencia senil que vive una fantasía con la sobrina que le cuida del relato “Ilusión
y recuerdo” que quedó finalista en Azuaga(Badajoz) 2019 y segundo clasificado
en Villa del Prado(Madrid) el mismo año, o Lucía, aquella madre que vive junto
a su hijo Manuel esperando enfermizamente que su marido, que la abandonó estando
embarazada, regrese, de mi relato “Entre la bruma del tiempo” segundo
clasificado en Azuaga (Badajoz) 2020.
Hace unos días,
cuando me llego la propuesta de la Asociación la Plazuela de los Carros de
Torralbilla(Zaragoza) pidiéndome permiso para publicarlo, decidí que el periplo
de mi Sandalio Suceso, debía terminar aquí. Sandalio debía dejar de transitar
por los concursos de España a los que lo enviaba con su muñón fruto del
estallido de una mina cerca de Leningrado, con su aspecto desaliñado y
desgarbado, cargado con su hatillo, su odre de arroba de tinto y su bacía de barbero,
y dejar de hacer las delicias de los niños a la puerta de la iglesia
contándoles lo dura que era la vida del frente, donde una triste “meada” le
podía a uno costar el mismísimo zurriago.
Quizá
Sandalio Suceso merezca algo más que dormir en un blog sin apenas lectores,
pero creo que ya debe descansar; al menos ha conseguido llegar a verse impreso
en papel formando parte de una antología, como mi otro relato “El niño de
Murillo” que llegó a quedar clasificado entre los 15 finalistas del concurso
Ciudad de Sevilla 2018. Por eso les di permiso para publicarlo y procedo a
dejarlo abajo enlazado, pasando a formar parte de mis modestos reconocimientos también
en el lateral del blog (en la versión web se ve el lateral, no en la vista del móvil.
Para ver el lateral en el móvil debéis bajar hasta el final de la primera
página del blog y pulsar en “versión web”).
En
fin, es bonito verlo en papel, os lo aseguro. Espero que pronto pueda ver mi
novela. Vivo en una eterna y angustiosa espera, en un silencio editorial
ensordecedor y descorazonador; queda tan lejos aquel octubre de 2016 cuando
firmara mi ilusionante contrato de publicación que… Casi prefiero no pensar en
ello.
Y
nada más porque me pongo muy nostálgico recordando lo que he escrito hasta
ahora y nadie conoce, la decena de personajes entrañables que tengo creados y
que quizá nunca lleguen a tener ni el
modesto protagonismo que tiene hoy Sandalio Suceso, aquel hombre que vivía como
un ermitaño en una choza, en un claro del bosque rodeado de silencio,
disfrutando de un mundo de colores en el que procuraba que no predominaran ni
el blanco ni el rojo que tanto le recordaban al frente ruso, tonalidades que
impregnaban aquellos recuerdos que la vida había dejado grabados de forma
indeleble entre las curtidas arrugas de su alma.