miércoles, 31 de octubre de 2018

RUBENS, PINTOR DE BOCETOS.

Fotos mías, tomadas en el Corpus Christi de 2018. Calle Arco de Palacio. Fachada Catedral Primada de Santa María de Toledo

RUBENS, PINTOR DE BOCETOS

      Rubens, pintor de bocetos, es una exposición que se clausuró hace un par de meses en el Museo del Prado (gracias al Canal de Youtube del Museo, he podido ver una conferencia sobre el tema impartida por una verdadera autoridad en la materia, Alejandro Vergara, uno de los grandes especialistas mundiales en Rubens, extraordinario conferenciante, co-comisario de la exposición, y jefe de conservación de pintura flamenca y escuelas del Norte del Museo madrileño).
Pedro Pablo Rubens fue el primer gran bocetista, entendiendo boceto como algo que se crea como base para otra cosa. Y se le considera el primer gran bocetista por el abrumador dato de que antes de su irrupción en el mundo de la pintura se conocen menos de 30 bocetos de diferentes artistas y, sólo de su mano, se han catalogado casi 500. El otro gran bocetista de la historia fue Giambattista Tiépolo, ya en el S. XVIII.
         Un boceto no es un dibujo, es una pintura no del todo acabada, creada con tres posibles objetivos:
1.- Servir como modelo para ser presentada a un posible cliente.
2.- Ser utilizada como guía para un trabajo de los discípulos del taller para elaborar cartones para luego tejer tapices, como instrumento para crear estructuras efímeras en conmemoraciones especiales, celebraciones triunfales, procesiones…etc.
3.-Como vehículo y apoyo en el desarrollo de la propia creación artística con el fin de ayudar a la consecución de una obra pictórica.
         La originalidad de Rubens, por tanto, versa en ir más allá del mero dibujo, la aguada o la sanguina (algo que también utilizó) e introducir colores en estos modelos, además de cambiar de soporte pasando del endeble papel a estructuras más consistentes y duraderos, principalmente la tabla (él consideraba que en la tabla se daba más vida y detalle a la pintura)
Normalmente, a pesar de haber excepciones cuyo tamaño es grande, los bocetos de Rubens son obras de pequeño formato y de diferentes acabados dependiendo de su finalidad. El acabado es mucho mayor cuanto más cerca está del fin para lo que se crean, por ejemplo cuando se tratan de modelos a seguir por el taller para crear un cartón sobre el que tejer un tapiz. Este es el caso de los magníficos 6 bocetos que se conservan en el Prado sobre el Triunfo de la Eucaristía pintados para elaborar los cartones que sirvieron para tejer los tapices de las Descalzas Reales de Madrid que encargara Isabel Clara Eugenia (gobernadora de los Países Bajos, hija de Felipe II y a la sazón tía del Rey Felipe IV). El acabado es mucho mayor que en otros que usó para el desarrollo de una mera idea para pintar un cuadro, o como prueba para presentar a un cliente y discutir con él que incluir o que desechar en el encargo.
En el año 2014, con el motivo de la restauración de esos magníficos 6 bocetos que conserva el Prado, se hizo una exposición junto a los tapices a los que dieron lugar. (Una curiosidad al respecto es que los bocetos para tapices se pintan al revés, en dirección contraria a como luego se va a ver en el tapiz terminado, porque el tapiz se teje desde la parte de atrás). No es la única serie de tapices que se elaboraron partiendo de estos modelos, la Iglesia parroquial de Oncala en Soria posee una serie y la Catedral Primada de Toledo posee otra. Respecto a esta última, decir que esos tapices son colgados, junto con otras series, de la fachada de la catedral en la fiesta el Corpus Christi. Es un espectáculo digno de ver, sobre todo si se madruga lo suficiente para disfrutarlos recién instalados al amanecer y sin mucha gente alrededor, mientras los operarios municipales extienden tomillo y romero, aromando las calles por donde va a procesionar la magnífica custodia de Enrique de Arfe; algo que hice los dos últimos años.
La serie de tapices toledana la encargo el Cardenal arzobispo Luis Manuel Fernández Portocarrero y fue donada a la Catedral a principios del s. XVIII, algo más de 70 años después de la entrega a las Descalzas Reales de los suyos. Hoy en día se pueden ver en el Museo que se instaló a tal efecto en el antiguo Colegio de Infantes (Plaza de la Bellota). Merece la pena la visita, os lo recomiendo, es un lugar muy tranquilo con muy poco público (está fuera del típico circuito turístico toledano, a pesar de estar a escasos 5 minutos de la catedral, y la entrada vale para acceder luego a la Catedral Primada sin esperas, un truco que no muchos utilizan, especialmente efectivo para los domingos cuando por 2,50 € se puede acceder al museo y luego a las 14.00 horas, sin hacer cola porque ya tienes comprada la entrada, a la Catedral de Santa María para deleitarse en su contemplación con muy poco público)
Y nada más, otra exposición a la que me he podido acercar, aunque no presencialmente, de la sabia y experta mano de Alejandro Vergara, gracias al Canal de Youtube del Museo. Conservo en mi retina los magníficos modelos para los tapices de las Descalzas que pude ver, restaurados ya, en mi última visita al Paseo del Prado de los Jerónimos en 2016. Una gozada.
Dejo el enlace a un breve reportaje de 5 minutos de la exposición que nos presenta el propio Alejandro Vergara, por si a alguien le interesa. El retrato final de la hija de Rubens merece la pena verlo. Los ojos de la niña son espectaculares. Saludos y feliz día.

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