miércoles, 10 de octubre de 2018

PACHUCHA TIRANDO A MAL DE ALFONSO USSÍA


      Acabo de leer el libro “Pachucha tirando a mal”, las nuevas aventuras del marqués de Sotoancho, de Alfonso Ussia y me he divertido. Ya desde la primera página, donde el autor nos define al protagonista como “pichafloja y tontorrón” “infeliz o zangolotino” el texto promete.
La narración comienza poniéndonos brevemente en antecedentes sobre las anteriores entregas de la saga, las aventuras y desventuras del marqués siempre bajo la lúgubre sombra de su original, conservadora e insoportable madre, la marquesa, y nos presenta, acertadamente, al resto de personajes que han participado en esta divertida serie.
        En este libro, el protagonista, Cristian Ildefonso Laus Deo María de la Regla Ximénez de Andrada y Belvís de los Gazules, Valeria del Guadalén y Hendings, (hay que reconocer que ya sólo leer el nombre puede provocar, al menos, una sonrisa), en contra de los designios de su insufrible progenitora, contrae nupcias con la hija de Lucas, el guarda de su finca, la Jaralera, mucho más joven que él, y que responde al plebeyo nombre de Marisol.
        La trama de esta nueva entrega girará principalmente en torno al feliz matrimonio y al sorpresivo, ajetreado y muy fértil embarazo de Marisol, y su continuo enfrentamiento con la antigua marquesa que queda relegada al título de marquesa viuda, después de que Susú (así llama su madre a Cristian) tome las riendas de la Jaralera (descubre y explota ciertas debilidades de su progenitora como son un oculto y escandaloso amorío de juventud, o su desmesurada afición a la bebida).
Los personajes secundarios toman también protagonismo al desarrollar tramas secundarias que Ussía liga con la principal con grandes dosis de humor. Así, Tomás, mayordomo y ayuda de cámara del marqués, su brazo derecho, vivirá una fugaz aventura con Flora, doncella en la Jaralera, mujer pretendida también por Pepillo el jardinero y por Lucas, el padre de Marisol, y examante del nuevo legionario y antiguo secuestrador de la marquesa viuda, “el cigala”.
Don Ignacio, el capellán glotón que vive muy bien a costa de los marqueses, sufrirá la transitoria demencia de la marquesa viuda tras una caída sufrida por ésta en un convento al que se había retirado por las ya nombradas desavenencias con su hijo y nuera (Se cree una niña; regresa mentalmente a la infancia y confunde al capellán con su primo “pototo” obligándole a jugar con ella a todas horas).
Además, Juan José, tío de Sotoancho, un viejo verderón y sinvergüenza de más de 90 años, vivirá una aventura amorosa con la bella Elena, una más en su dilatado curriculum sexual que incluye amantes, matrimonios y prostitutas, nueva doncella de la finca y maestra de la escuela, a pesar de haber 60 años de edad de diferencia entre ambos.
        No profundizo más por si alguien quiere leer lo que considero un divertido libro escrito por un maestro del humor y la ironía.

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