“Un
soñador para un pueblo” es una obra de teatro del dramaturgo Antonio Buero
Vallejo, ambientada en marzo de 1766, en el Madrid convulso del llamado Motín
de Esquilache.
Esquema:
El
drama se desarrolla en torno a dos personajes, Leopoldo de Gregorio, Marqués de
Esquilache, y Fernandita, su repostera. El autor nos describe, a través de sus
personajes, el enfrentamiento social e ideológico de las dos Españas, la que
encarna Fernandita, abierta a las reformas y la modernización, fiel al Marqués,
y la otra España, oscura y tradicional, desconfiada y violenta, representada
por Bernardo, el calesero, del que está enamorada la joven Fernandita, pero del
que ella se quiere olvidar. El Marqués de Esquilache vive, a su vez, una
difícil situación familiar; su mujer disfruta, sin reparos, de una aventura
amorosa y es un ejemplo de corrupción al haber colocado a sus hijos en puestos
importantes de la administración aprovechándose del nombre de su marido.
Al
estallar el motín, La residencia del Marqués (la famosa Casa de las Siete
Chimeneas madrileña) es asaltada. Fernandita verá morir a Julián, el muchacho
que la ama, y con él que ella trata de olvidar a Bernardo. En el mismo asalto
Bernardo viola a la muchacha.
Fernandita se mantiene fiel al Marqués
hasta el final, a pesar de que él cae en desgracia; el Rey se verá obligado a
prescindir de sus servicios y a exiliarle junto a su familia, para mantener su
corona. Fernandita, finalmente, rechazará a Bernardo abriendo la puerta a una
nueva vida.
Momento histórico:
El
motín nace tras el nuevo bando modernizador de la vestimenta (por motivos de
seguridad se prohíben los chambergos y la capa larga que permite embozar los
rostros, y se implanta el sombrero de tres picos, la montera y la capa corta o
redingote). No son estas las únicas medidas modernizadoras, Esquilache había
ordenado limpiar y pavimentar la ciudad, instalar farolas, así como construir
fosas sépticas, pero esta fue la chispa en la que prendió la revuelta que
trasladó a las calles el descontento, tanto de la población, que había de
soportar la continua subida del precio del pan por la especulación, y el
descontento político de los que no veían con buenos ojos el poder que
detentaban los ministros italianos (Esquilache, Grimaldi y Sabatini).
Se
trata, por tanto, de una obra teatral históricamente bien documentada.
No hay comentarios:
Publicar un comentario